jueves, octubre 01, 2009

volantazo II


saben que desde enero estoy en otro trabajo. problemas con mi jefe anterior y un lugar un poco obtuso en la empresa hicieron que me buscara otra cosa y caí en esta empresa, que vende un producto raro pero interesante. el ambiente de trabajo no está mal, aunque me di cuenta desde el primer día que no era como la anterior. el promedio de edad en esta empresa es mucho mayor que en regent, y la gente es mas de las afueras de la ciudad, lo que hace que sean mucho mas obtusos en general. encima el producto que vendemos, es para ingenieros. la cuestion es que hace un mes, antes de irnos de vacaciones, me encontré en el club con alessandro, el gerente de la parte de internacional de regent. había acompañado a su hijo a hacer sus primeras armas en el touch-rugby, un rugby sin contacto. yo estaba yendo ahí también de casualidad, para correr y escapar de la oscuridad del gimnasio. estuve en duda si saludarlo, ya que lo ví desde lejos. pero fiel a mi instinto de tirar líneas con todo el mundo, me acerqué y lo saludé. estuvimos charlando un rato y le conté que en la empresa nueva estaba haciendo una muy linda experiencia, que podía finalmente trabajar en mi lengua materna, que era algo muy interesante. aclaro que cuando hice mi ronda de despedida en regent, alessandro fue el único que me dió su tarjeta y me dijo claramente que si quería volver algún día a la empresa, por favor hablara con él. me contó que habían renunciado tres personas que trabajaban en su división. me dijo que yo podría perfectamente cubrir alguno de esos puestos, y que si estaba interesado algún día, que lo llamara. yo le respondí amablemente que por ahora estaba muy conforme con mi trabajo, que era una pena que la gente se fuera así, que todavía tenía su tarjeta y que si me interesaba lo contactaba. pero el hijo de puta me dió cuerda. empecé a pensar desde ese momento en volver a regent. al día siguiente me contacté con angelo, uno de sus subalternos con quien he compartido miles de mediodías jugando a la bríscola, y le dije que si su jefe tenía algo interesante que contarme, o que ofrecerme, yo tenía orejas y no perdía nada.
ese mismo día me llamó alessandro para ir a comer al día siguiente. la verdad que no todos los días te invitan a almorzar para ofrecerte un trabajo. al menos a mi nunca me había pasado. fuí a almorzar, me ofreció un buen puesto, y me dijo que lo pensara mientras estaba de vacaciones (salimos justo a fin de esa semana hacia cerdeña).
y lo pensé. y la verdad que me gustó mas el producto de regent. está mas alineado con lo que estudié. la gente me gusta. pero me decidí y me convencí junto con mema, my wife, de que no me iba a desesperar. asique dos semanas después, le escribí a alessandro preguntandole si el puesto estaba todavía vacante, y haciendome el re boludo. y agarró bien. me invitó a comer otra vez y me ofreció un puesto como sales manager, con todos los chiches, mas sueldo y hasta un joven arquitecto italiano a mi cargo. el trabajo es ser la punta de lanza de la empresa en los países donde no cuentan con una representación local. asesorar a arquitectos que quieran ubicar nuestras luces. buscar de nuestras luces las que mejor vayan con las del concepto a planificar. proyectar en iluminación. viajar. conocer gente, tejer redes en nombre de la empresa.
y la verdad que me hice el que lo pensaba por unos días, pero cuando me lo estaba leyendo decía por dentro si, si, si, me gusta, agarro. el volantazo estaba pegado casi desde el primer día y el dos de noviembre empiezo con un nuevo gran objetivo. y capaz hasta termine cerca de mi terruño. quien sabe. y si no lo saludaba y me hacía el boludo?
se vienen días movidos en mi vida y esto es solo una pequeña parte de ello. continuará...

3 comentarios:

Paute dijo...

Cómo un saludo puede cambiarte la vida. Voy a tener que renegar de mi poca sociabilidad y saludar mucho más a la gente.
Más saludos, hacerse menos los boludos.

Juan dijo...

es exactamente eso: un saludo te cambia la vida. y si no lo saludaba, la vida seguía. pero las oportunidades están a la vuelta de la esquina todo el tiempo.

Anónimo dijo...

Juan, me alegro mucho por el cambio, y debo confesar que me da cierta envidia el poder elegir si cambiar o no, y no tener que aguantar un laburo aburrido y monotono porque es eso o nada. En fin, a ver si me encuentro por ahi con alguien que me cambie un poco el panorama. Saludos Ü,
Malen