lunes, octubre 12, 2009

cruzando el charco, parte I


no se sabe bien quién empezó. no se sabe quién hizo el primer gesto, pocos son los testigos y muchos caen en exageraciones producto de los hechos que se sucedieron, donde el fanatismo corrió a diestra y siniestra. se suponía que era una fiesta. una gesta deportiva, como les gustaba nombrarlo a los relatores que se hacían los tradicionalistas. un simple partido de clasificación para aquel fiasco que resultó ser el mundial de sudáfrica dosmildiez.
yo recuerdo que tenía entonces treintaycinco o treintayseis años. vivía en suiza y no tenía mucho contacto por entonces con la argentina mas que por lo que yo llamaba „mis puentes“, que eran aquella famosa internet, la web tres punto cero, y la verdad que al fútbol no le daba demasiada bola que digamos. me estaba retirando del rugby por segunda vez en mi vida, pero esta vez lo hacía de forma consciente ya que el cuerpo empezaba a jugarme en contra y si mal no recuerdo fue el año que cambié dos veces de trabajo. pero los seguía. mas que seguir los partidos, ya que en esa época no se tenía acceso a la televisión de alta definición por internet a precios razonables, seguía los resultados en las páginas de los diarios. me acuerdo que antes de ese crucial partido se le ganó a perú en tiempo de descuento con la emoción de todo el equipo. la gente ya se iba del estadio y de la nada se inventó una serie de centros bajo la torrencial lluvia y creo que fué martín palermo que la terminó empujando a la red en el minuo cuarentaysiete. todavía me acuerdo de haber visto el video del gol en youtube un día después. en aquella época los videos en la red eran gratuitos y medianamente todos subían lo que querían a la red, siempre y cuando no se tratara de material ofensivo, y si bien youtube ganaba dinero con publicidades, no era el mounstro multimedia en el que se convirtió tiempo después. me acuerdo de la imagen de maradona tirndose de panza en la cancha. me acuerdo de cuando abrazó a palermo y lloraba como un chico, mientras este le acariciaba la cabeza.
la gente festejó con asombro, no entendían bien. los medios de aquella época estaban recién sacudidos por la futura disolución del grupo clarín, y la reubicación del fútbol como arma de propaganda política. y había que seguir jugando por la clasificación al mundial. nadie sabía como le íbamos a jugar a los uruguayos, y fiel a su estilo de esa época (luego se supo de porqué tanta ilógica en el pensamiento maradoniano) se formó un nuevo equipo para enfrentar a los de la banda oriental.
recordemos que las relaciones políticas con la en aquel momento república oriental del uruguay no eran las mejores. una empresa finlandesa especializada en procesar pasta de papel (recordemos que la demanda de papel de aquellos años era muy grande, en casi todos lados todavía eran normales los diarios impresos en papel, los libros, y la mayoría de las personas sabían escribir a mano) había decidido construír una planta procesadora sobre el río uruguay, y no habían tenido mejor idea que ubicarla del lado uruguayo, justo enfrente de la ciudad de gualeguaychú. el hecho desató las protestas de los habitantes de la ciudad, que heridos por la necesidad de las fuentes de trabajo, y justificándose por la supuesta contaminación, cortaron durante años los puentes que cruzaban el río. el ambiente político se fué caldeando lentamente, ya que a los gobernantes argentinos no les interesaba frenar la protesta (presumiblemente heridos por la instalación de la planta en el uruguay y no en la argentina) y poquitoa poco se fué llenando el caldero. grandes reclamos internacionales se sucedieron pero no fueron tenidos en cuenta. la resolución final que supuestamente apagó el fuego fue cuando el tribunal de la haya falló en favor de uruguay al no haber encontrado ningún indicio de contaminación. el fuego se apagó, pero las cenizas allí quedaron tapando las brasas, y el bosque quemado no crece de nuevo de hoy para mañana, por lo que se creía llevaría muchos años recomponer las relaciones.
en ese contexto se armaba el partido de clasificación hacia sudáfrica dosmildiez. un mundial que había que jugar si o si. ya estaba el país embarcado en la empresa. no había vuelta atrás. todos habíamos apoyado la gestión de diego maradona como entrenador pese a su falta de preparación, y nadie quería tirar el primer piedrazo. las críticas estaban apuntadas al equipo técnico en general. nadie arriesgaba una frase fuerte desde la neutralidad, nunca un „maradona no tiene ni idea“, solo algunos pocos se le animaban tímidamente y maradona se lo tomaba a título personal, como si se metieran con su persona y no con su capacidad de técnico.
el lunes por la noche la selección viajó a montevideo. el partido sería el miercoles por la noche. eran sabidas las tretas del pueblo uruguayo de aquel entonces de ir a armar lío en las puertas del hotel donde se concentraba la selección rival, por lo que el lugar de concentración de la selección argentina fué mantenido en el mas absoluto secreto. luego se supo que se alojaron en el hotel sheraton de colonia del sacramento, donde habrían hecho las reservaciones a nombre del seleccionado de rugby para no despertar la curiosidad de los medios. recién al ingresar los jugadores al hotel, el personal se fué dando cuenta y ya era tarde para dar aviso a los medios y la delegación argentina pudo mantener, generosidad mediante, la discreción entorno al predio. se venían según maradona dos días moviditos. nadie imaginaba lo que sucedería al final...

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