lunes, julio 13, 2009

voy!


viajes. me encanta viajar. me encanta agarrar el auto y salir para algún lado. es un momento que siempre disfruté mucho. si se trata de vacaciones mejor, pero si se trata de un viaje al trabajo lo disfruto casi igual. se que soy un fanático, y se que la imjagen de libertad asociada al auto es un estandarte de las automotrices de las que se valieron para que cada persona sueñe desde chiquito con la movilidad propia. taxi, remis o auto de alquiler son mucho mas baratos. pero me lo vendieron bien cuando era chico, y para colmo vivía medio lejos y realmente sin auto no hacías mucho, todo quedaba a media hora de casa. pero no es el caso. es la sensación. es el salir a donde quieras. no importa si el objetivo queda a la vuelta, la cuestión es salir manejando. y es un lujo que cuesta siempre caro. el autito de ahora no baja de los once litros cada cien kilómetros, bastante. pero lo devuelve con creces, es un auto placentero de manejar. divertido. en las curvas se inclina. en las rectas acelera. y todavía me falta probarlo en todo terreno. no se si sea una frustración de la infancia el haber tenido un jeep, creo que es algo que si bien vi pasar delante mío toda la vida, no lo veo como una frustración. me parece que frustraciones son deseos que uno nunca pudo o podrá cumplir, el resto son solo deseos. y siempre quise comprarme un auto para andar por el barro o la arena, cosa que he hecho a costa de autos míos y de mi viejo, en algunos casos un poco extremos, como cuando con pablo nos metimos a andar en la playa con el renault once de mi viejo, nos encajamos en un banco de arena y nos sacó uno de los últimos jeeps que pasaba por la playa, un suzuki chiquito con malacate. todo esto en la tarde-noche del treintayuno de diciembre, cuando se suponía que teníamos que comprar bebidas para la cena. siempre me ganaron las aventuras motorizadas, debe haber sido un exceso de camel-trophis de los cuales no puedo salir, ni quiero salir. me estoy preparando para las vacaciones de verano. espero poder meterme, encajarme, y salir. me da una sensación de libertad, que si bien se que es falsa, no me importa. es como el que sabe que la matrix es mentira pero la prefiere. a mi me pasa parecido con los coches, son mi perdición. se que me dan esa falsa sensación de libertad, se que lo pago, pero para mi vale la pena y es plata bien invertida.

1 comentario:

Malena dijo...

Jajaja, me acuerdo de esa noche de año nuevo, el quilombo que se armo en lalela cuando se enteraron.
Besos,

Malen