volví. estaba en pausa. por un momento pensé que me iba a pasar como a muchos, que esto iba a ser categorizado dentro de los hitos de la moda como alguna vez entraron el paddle, los parripollos, los maxiquioscos, devenidos en agencias de remis, combis a buenos aires, y muchos otros emprendimientos que pululan en la sociedad de consumo moderna argentina. guita rápida, no se si facil, pero de facil acceso si se quiere. y ahora son los blogs. pero no. hace mucho que quería escribir, y no podía, por tiempo, por trabajo o por lo que fuera que me mantenía afuera.
primero fue el embarazo. quedamos embarazados, luego de no muchos pero tampoco pocos intentos, y se nos abrio una puerta que hacía mucho que estaba cerrada. diez años exactamente. y reconozco que al principio me superó. no supe que hacer. no tenía nada que hacer en realidad, había que esperar nueve meses y prepararse para ser padre. supongo que en este momento estaría mucho mejor, y que hubiera seguido adelante, como siempre me pasó, y que a los tres o cuatro meses hubiera enganchado. seguramente. a veces soy lento. y eso me ponía en parte de muy mal humor, el no saber que traje ponerme. de repente dejás de ser hijo, pasas a ser padre, y tenés 9 meses para prepararte. es muycho tiempo, pero había que empezar cuanto antes y me ponía de muy mal humor el no saber como empezar. no quería que me pasara como me paso siempre en la facultad, de llegar siempre tarde o justo por no saber empezar a tiempo. me llevó mucho tiempo aprender que hay que empezar tranquilo pero empezar ya. hacer. moverse. sin prisa pero sin pausa. y en general me pongo mal cuando me falta un mapa, me falta saber para que lado. no era moco de pavo, arrancar en la dirección equivocada hubiera tenido consecuencias ya no solo para mi, sino para mi primogénito. y en ese bolonqui de sensaciones, sentarse a escribir era una tarea que me superaba. y dejé de escribir. sumado a que estaban otto y caro en casa, y el trabajo nuevo, en fin, excusas, no es fácil arrancar una vez que paraste. lleva su tiempo. y las cosas se seguían apilando. al final el embarazo se nos perdió, y a mi se me fué la presión de elegir hacia que lado andar, pero en realidad hubiera preferido que todo siguiera su curso. no por los demás, no por la familia, no por mi hijo, sino por imelda y por mi, que fuimos los que tuvimos que achicar el bote, tapar el agujero y volver a sacar las velas a relucir. costó trabajo pero ya casi estamos navegando de nuevo.
maxi y suco me mandaron un libro de zygmunt bauman que es muy recomendable, vida líquida, y con lo mucho que escribo sobre la consumexia, esa pajerez que nos hace comprar solo para sentirnos bien al comprar, supe que no iba a poder seguir escribiendo hasta no terminar de leer el libro. muy corto por cierto. a veces dificil de seguir para quién como yo lee en un tren por espacio de siete minutos a las siete de la mañana, que estoy mas dormido que despierto, o a las seis de la tarde donde tengo la cabeza que me explota. pero bueno, muy bueno.
y que tendrá que ver todo esto con la imbecilidad. abro el diario. leo un reportaje a un guardia de seguridad. ex-guardia de seguridad, o para no usar la palabra "ex" que me parece un poco tonta, un tipo que trabajaba de guardia de seguridad para la federación bancaria suiza o algo así. en el noventaysiete el tipo, por la noche, encuentra documentos a punto de ser destruídos acerca de intereses pagados a cuentas que habían sido robadas a los judío-alemanes o algo por el estilo. como dije, no entendí bien. es un idioma muy dificil para entender ese tipo de cosas y no hay casi notas en otro idioma que no sea alemán. el guardia de seguridad se llevo los papeles a su casa. se los mandó a una asociación judía y llegaron a la policía. los medios se enteraron. la fiscalía de zürich lo denunció por violación al estado y al secreto bancario. un abogado de estados unidos le ofreció protección y terminó siendo el primer exiliado político desde suiza a los estados unidos. se mudó con su familia. recibió como indemnización en el año dosmiltres medio millón de dólares. se separó de la mujer. eso le costó la mitad. la manutención de sus hijos le costó otros cienmil. el resto lo terminó reventando en una casa con hipoteca de tasa variable, viajes, un auto híbrido (que pelotudo!!) y en un supuesto sitio de internet que quería crear para contar su historia supongo (cincuenta luquitas a una empresa fantasma en nevada). terminó trabajando de nuevo de seguridad nocturna y vivendo en una van (living in a van by the river como aquel glorioso sketch de saturday night live, http://www.youtube.com/watch?v=hcR7hr4LLQg ) y contando orgulloso en youtube acerca de los paneles solares del techo de su van, y de la instalación interior, y ahora se separó de su novia con la que tuvo un hijo y se volvió para suiza debiendo catorcemil dólares. en que falló: en ser un naif. en creer en cualquiera que pareciera serio. en querer sacar provecho de unos papeles. en no saber lo que quería. en intentar comprar su futuro. en creer que un auto híbrido genera plantitas mientras anda, tal como muestra la publicidad. falló, en una palabra, en actuar como un imbécil. en creer que un cuarto de millón de dólares son la solución a todos tus problemas. en parte creo que pensar de esta manera me da la confianza para saber que voy bien. para saber porque no endeudarme. para no buscar la felicidad en las cosas que valen plata. para encontrar el valor oculto de las cosas. creo que mi felicidad pasa por estar casi seguro que si me pusieran en este mismo momento en pelotas en la calle con una cédula de identidad entre los dientes, no tendría miedo y estoy seguro que podría empezar de nuevo.
martes, marzo 31, 2009
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